República Dominicana en 10 días

Playas de postal caribeña, paisajes de ensueño repletos de secretos como inmensas cascadas, pueblos y ciudades cargados de ritmo, música y color (además del caos de las cientos de motos que los recorren) te esperan en República Dominicana, un país con mucho encanto e importante historia. ¡Bienvenidos al país sede del Imperio Español!

Y es que en República Dominicana no solo te encontrarás con unas playas maravillosas, sino que podrás disfrutar contemplando algunas de las primeras construcciones de los españoles en América: la primera calle, el primer hospital, el primer monasterio… y así hasta un montón de edificios más. ¿Nos acompañas a conocer este bonito país?

¿Cuándo viajar a República Dominicana?

Al tratarse de un país caribeño se puede hablar de dos temporadas: la seca y la de lluvias. La temporada seca abarca aproximadamente de noviembre a abril, por lo que se consideran los meses más idóneos para visitar la isla, pues te aseguras prácticamente el buen clima, imprescindible para visitar sus zonas costeras.

Por el contrario, la temporada baja iría desde mayo hasta octubre, la época de lluvias, donde es más probable que las precipitaciones puedan arruinarte los planes en alguna ocasión.

República Dominicana con niños

En nuestro caso, viajamos con nuestra pequeña de 5 años a la isla y podemos asegurar que es un destino bastante seguro si estás pensando en visitarlo con niños. La amabilidad de sus gentes, pendientes de que los niños estén bien, así como la cantidad de supermercados o tiendas (allí llamadas ‘colmados’) en las que puedes adquirir lo que necesites para ellos facilitan el viaje (recordemos que viajar a Cuba con niños era muy diferente, dada la situación de desabastecimiento del país).

A lo largo de nuestro viaje, todos los ciudadanos se mostraron muy amables y simpáticos con nuestra pequeña baby, como ellos se refieren a los niños, así que si tenías dudas sobre viajar a República Dominicana con niños, no te lo pienses más, nosotros lo recomendamos completamente, siempre recordando la crema solar y el repelente de mosquitos, imprescindibles en tu maleta tanto para los más pequeños como para los adultos.

Ruta por República Dominicana en 10 días

Viajamos desde el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas con la compañía World2fly en un vuelo que partió a las 16.30 horas de la tarde. El vuelo dura aproximadamente 8 horas, aunque por motivo de una tormenta en mitad del camino y la necesidad de desviarse del piloto amplió un poco la duración hasta las 9 horas.

Al llegar al aeropuerto de Santo Domingo habíamos contratado un servicio disponible en la página web Booking de taxi de recogida en el aeropuerto y traslado al hotel, en nuestro caso, el RIG Casa Conde, en pleno centro colonial de la ciudad.

Como ese día llegamos ya bastante tarde, tan solo nos instalamos y descansamos para el siguiente día.

Día 1. Free Tour por Santo Domingo, Parque Nacional de los Tres Ojos y Faro de Colón

El primer día realizamos un Free Tour que habíamos reservado previamente para conocer mediante un guía un poco sobre la historia de la capital del país.

El tour comenzó a las 09.00 horas de la mañana en la Plaza de la Casa Museo del Reloj y duró aproximadamente unas dos horas, en las que conocimos algunas de las primeras construcciones que el Imperio Español edificó en el continente americano y que datan del año 1502: desde la primera calle (la Calle de las Damas, llamada así por el desfile de damas españolas que circulaban por ella), hasta el primer hospital, que fue destruido por un terremoto, la primera catedral (su precio de entrada son 80 pesos, unos 1,35€), el primer Monasterio de los Franciscanos, la primera fortificación militar, la primera casa (llamada Casa del Cordón por el cordón elaborado en piedra que recorre su fachada) o el Templo de los Jesuítas, última construcción española en la ciudad, y que incluye las tumbas con los restos de importantes personajes de la historia del país y una gran lámpara que el dictador Franco regaló al dictador Trujillo.


Durante el tour visitamos también una tienda en la que nos hablaron sobre el Larimar, la piedra nacional del país, de un hermoso azul claro, y en la que nos dieron a probar un trago de la Mamajuana, bebida del país a base de vino, ron y miel.

Finalizado el tour, recorrimos un poco más de la ciudad por nuestra cuenta, visitando el Alcázar de Colón, casa en la que residió Diego Colón, hijo de Cristóbal Colón, que recibió el título de Virrey de la ciudad. La casa cuenta con salas que guardan importantes documentos, maquetas y pinturas, y su precio es de 100 pesos (1,69€) para los adultos.


A continuación contratamos una tarjeta de datos móvil en una tienda Claro, el operador por excelencia en el país. La tarjeta tuvo un coste de 400 pesos (unos 7€) y, aunque nos dijeron que su duración sería de más o menos 5 días, a nosotros nos duró todo el viaje. En cualquier caso, si se te gastan los datos, puede recargarse en cualquier tienda Claro o en cualquier supermercado, según nos comentaron.

Tras comer en un restaurante local la deliciosa comida del país, platos cocinados con mucha salsa de coco, tanto de carne como de pescado, nos dirigimos a conocer dos atracciones de la ciudad muy interesantes. La primera de ellas es el Faro de Colón, un colosal monumento dedicado al descubridor de América en el que se dice que están sus restos (aunque no se sabe a ciencia cierta) y una gran exposición que recorre los países del continente. El precio de entrada son 100 pesos para los adultos y 30 para los niños (169 y 0,51€ respectivamente).


Tras esta visita fuimos a descubrir el impresionante Parque Nacional de los Tres Ojos, una joya escondida en medio de la ciudad de una gran belleza que parece increíble que se encuentre dentro de una gran urbe como es Santo Domingo. Se trata de un parque que esconde tres lagunas subterráneas naturales (Lago Azufre, Lago La Nevera y Lago de las Damas) con un agua muy cristalina muy hermosa, y que además te permite conocer una cuarta laguna (Los Zaramagullones) abierta al cielo a la que se accede cruzando en barca. Un lugar espectacular digno de visita si viajas a Santo Domingo y cuyo precio de entrada para los dos fueron 400 pesos (6,76€) más una pequeña tarifa de 25 pesos (0,42€) por cruzar hasta el cuarto lago. Los niños hasta los 10 años tienen entrada gratuita.


Día 2 – De Santo Domingo a Bayahibe

Comenzamos el día paseando por el Parque Independencia, uno de los lugares más sagrados de la ciudad por poseer el conocido como Altar de la Patria, un mausoleo hecho de reluciente mármol blanco que alberga los restos de los Padres Fundadores del país: Juan Pablo Duarte, Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez. Ese día, además, se celebraba un homenaje a uno de ellos, Juan Pablo Duarte.

Tras acudir a una de las sedes de la empresa de alquiler de vehículos Nelly, nos dirigimos hasta la pequeña localidad costera de Bayahibe en un trayecto de alrededor de 1 hora y 45 minutos. El trayecto es bueno, en general las carreteras del país están en buen estado, pero en la conducción es preciso mantener todos los sentidos alerta, pues los dominicanos no son precisamente buenos conductores, especialmente los motoristas, que se meten por donde quieren (no te sorprendas al ver a tres personas en moto sin casco, incluso con niños pequeños).

En Bayahibe nos hospedamos en un hotel con mucho encanto, el Villa Iguana, llamado así porque en su terraza superior hay unos cuantos ejemplares de este animal.

El hotel dispone de una pequeña piscina en la que refrescarse y una terraza con buenas vistas en la que se puede tomar algo o comer tranquilamente.

Por la tarde visitamos el pueblo, muy pequeñito pero con encanto, e hicimos nuestra primera toma de contacto con las playas dominicanas en la playa del propio pueblo, que aunque no es la mejor del país, está bien para pasar un rato agradable en su fina arena blanca y sus cristalinas y cálidas aguas.


Día 3. Excursión a Isla Saona

Durante este día visitamos una de las principales atracciones turísticas del país, y no es para menos dada su gran belleza. Se trata de Isla Saona, una espectacular isla de unas de las aguas más turquesas que hemos visto nunca y que es imprescindible conocer si viajas a República Dominicana.

Hicimos la excursión con la empresa Isla Saona Tours, partiendo del puerto de Bayahibe a las 09.30 horas de la mañana. El barco nos llevó en primer lugar a la piscina natural de Isla Saona, una espectacular piscina natural con un agua de un color increíble en la que pueden verse bonitas estrellas de mar (por favor, no las saquéis del agua), además de darse un agradable baño mientras te tomas una bebida que corre a cuenta de la empresa organizadora.

A continuación, tras unos 30 minutos en la piscina natural (los guías también hacen fotografías a los viajeros en este lugar por las que luego se pacta el precio en caso de estar interesados), nos dirigimos a la propia isla, previa parada en un lugar específico para hacer esnórquel y ver montones de peces (que no te engañen, los guías dicen que el capitán hace esto específicamente en esta ocasión, pero seguramente lo hagan siempre).

Al llegar a la isla es posible degustar una comida buffet con carne, pescado, ensalada, arroz y fruta, para posteriormente disfrutar de la espectacular playa de la isla en un tiempo libre hasta la partida del barco a las 17.00 horas aproximadamente.

El trayecto de vuelta en el barco fue muy divertido gracias a dos animadoras dominicanas que bailaban y animaban a los visitantes a divertirse. Servían también bebida a bordo (refrescos, ron, etc).


Día 4. De Bayahibe a Puerto Plata

Esta fue la jornada de mayor trayecto en coche, alrededor de las 5 horas tras las que llegamos a una de las ciudades más grandes y pobladas del país.

Tras nuestra llegada y acomodarnos en el hotel Villa Carolina, decidimos ir a dar un paseo hasta la zona costera de la ciudad, en la que es posible disfrutar de su malecón y de un amplio parque con columpios para los niños, un anfiteatro y la fortaleza de San Felipe, a la que no está permitida la entrada, por lo que debemos contemplarla simplemente desde el exterior.

A lo largo del recorrido hasta el malecón pasamos por varios puntos de interés como el Parque de la Independencia, rodeado de coloridas edificaciones coloniales, la Umbrella’s Street, una curiosa calle en la que, al levantar la vista, te encuentras decenas de paraguas de colores, y el Paseo de Doña Blanca, una calle color rosa fucsia muy instagrameable, como podéis ver.

También decidimos entrar al Museo del Ámbar, en el que un guía del museo nos hizo un recorrido y nos dio explicaciones y datos de interés. Su precio es de 120 pesos (2 euros) por persona y los niños no pagan.


Día 5. Teleférico de Puerto Plata y camino a Río San Juan

Durante la mañana de la quinta jornada en el país subimos al teleférico de Puerto Plata, una interesante visita que, desde lo alto, te permite disfrutar de una bonita panorámica de la ciudad.

El teleférico tiene un coste de unos 25 dólares americanos (a día de hoy serían unos 23 euros) por persona adulta, y 10 dólares (9,20 euros) los niños mayores de 5 años, los menores no pagan.

Al llegar a lo alto de la llamada Loma de Isabel Torres nos encontramos con un gran Cristo Redentor y un inmenso parque que puede recorrerse a lo largo de una serie de caminos. En el parque hay una cueva y un montón de colorida vegetación, así como detalles como un columpio y un gran corazón rosa.


Tras pasar la mañana en las alturas, cogimos el teleférico de bajada y el coche rumbo a Río San Juan. Por el camino visitamos uno de los arenales más famosos del país, la playa de Cabarete, paraíso del Kite Surf dominicano y, tras instalarnos en el apartamento en el que pasamos esa noche, el Domaine Vista Linda: La casita del Loma Vista Mar, un lugar que me encantó por la paz que transmite, nos acercamos hasta Playa Grande, un arenal de inmensa belleza, casi de postal, rodeado de idílicas palmeras.

Día 6. Intento de visita a la Laguna Gri Gri y trayecto rumbo a Santa Bárbara de Samaná.

Decimos intento porque la situación embravecida del mar nos impidió realizar la excursión que parte de la Laguna Gri-Gri, en Río San Juan, y que lleva al visitante por los manglares, el canal, una cueva y la playa Caletón (si visitas el país puede que tú si puedas hacerla). Es por ello por lo que decidimos partir rumbo a la península de Samaná, en concreto hacia Santa Bárbara de Samaná, un trayecto de unas 2 horas y 20 minutos en coche.

Al llegar contratamos una excursión con una empresa local -es fácil hacerlo, simplemente al aparcar el coche en el paseo marítimo ya había un vendedor en la calle ofreciéndolas- para visitar el Parque Nacional de Los Haitises, uno de los principales atractivos de la zona que nos costó 9000 pesos (150 euros). Si viajas al país entre noviembre y abril, también puedes optar por una excursión para el avistamiento de ballenas.

Si visitas Santa Bárbara de Samaná puedes darte una vuelta por su paseo marítimo y recorrer el puente peatonal que une la península con la isla Cayo Vigía. Por lo demás, no es un lugar que tenga mucho mayor atractivo.

También puedes visitar la hermosa Playa del Valle, a unos 20 minutos en coche (atención a la carretera porque en algunos tramos la carretera está un poco en mal estado).


Día 7. Parque Nacional de Los Haitises y ruta hacia Las Terrenas.

Al día siguiente disfrutamos de la excursión al maravilloso paraíso natural llamado Parque Nacional de los Haitises que nos llevó por varios puntos de interés. El primero de ellos es el Bosque Húmedo, un lugar llamado así por ser el de mayor concentración de precipitaciones de la zona y en que se pueden contemplar decenas de manglares.


A continuación visitamos dos cuevas. La primera de ellas, la Cueva de la Línea, tiene un importante interés histórico al contar con pictogramas originales de los habitantes indígenas y originarios de la isla. La segunda, la Cueva de la Arena, es un lugar de extraordinaria belleza que puede recorrerse a través de unas pasarelas de madera. No dudes en acercarte al agua, puedes descubrir sorpresas como bonitas estrellas de mar justo en la orilla (repito, por favor, no las saquéis del agua dado que su vida corre peligro).

La última de las visitas fue a un auténtico paraíso, el islote de Cayo Levantado, donde disfrutamos de una comida que formaba parte de la excursión y de la magnífica playa. Eso sí, cuidado con las medusas en esta playa, que picaron a muchas personas allí presentes, entre ellas a nuestra pequeña. Si tienes la mala suerte de que una de ellas te pica, pide vinagre en uno de los restaurantes de la zona y rápidamente se te pasará el dolor.

Al volver al puerto de Santa Bárbara de Samaná cogimos el coche rumbo a nuestro siguiente destino, Las Terrenas, un trayecto de aproximadamente una hora en coche.

Día 8. Las terrenas.

Este día decidimos tomárnoslo de relax y disfrutar tanto de la magnífica e inmensa playa de la ciudad, paseando hasta la hermosa Playa Punta Popy, como de la piscina de nuestro alojamiento durante las últimas 3 noches del viaje, Casa Bárbara.

Las Terrenas en sí mismo no es un lugar de gran interés, en realidad salvo el centro colonial de Santo Domingo, ninguno de los pueblos o ciudades del país son demasiado bonitos, pero cuenta con una larga playa y un paseo junto a ella del que puedes disfrutar. Eso sí, el camino hasta llegar y el propio trayecto a lo largo de la playa irá acompañado del caos típico de las urbes dominicanas: cientos de motos tocando la bocina todo el rato y montones de locales con la música (bachata y reggaeton básicamente) a todo el volumen posible.


Día 9. Salto El Limón

Si visitas la península de Samaná hay un lugar que no debes perderte por ser uno de los de mayor atractivo de la zona: la cascada del Limón o salto El Limón.

Se trata de una cascada de unos 40 metros de altura que remata en una piscina natural de gran belleza por el turquesa de sus aguas, en las que puedes darte un refrescante baño -y digo refrescante porque el agua está bastante fría-.

Para llegar a esta cascada puede hacerse andando a lo largo de un trayecto de aproximadamente 2 km (ve preparado porque es un camino con cuestas y bastantes piedras y barro) o bien a caballo, que es como lo realizan muchos de los visitantes.

En nuestro caso, contratamos una excursión a caballo con la empresa de Santi, un asturiano afincado en el país, que nos costó 1850 pesos (31,02 euros), incluyendo un buen plato de comida en su restaurante a la vuelta de la cascada.

Para llegar a la cascada fuimos en dos caballos acompañados por uno de los guías que trabajan para Santi, que nos fue haciendo un montón de fotos por el camino. Agárrate bien al caballo porque en algunos momentos parece que se emocionan y empiezan a trotar, aunque no te asustes, porque van controlados en todo momento por los guías.


Al llegar a la cascada disfrutamos de un tiempo para el baño, tras el que emprendimos la vuelta hacia el restaurante de Santi para la comida incluida.

Esa tarde la dedicamos a visitar una playa que nos recomendaron cercana a la zona, Playa Morón, otro de los inmensos arenales de la zona, de gran belleza.

Playa Morón


Día 10. Vuelta a Santo Domingo y regreso a casa.

El último de los días regresamos a la capital del país, un trayecto de 2 horas y media en coche. Para este último día habíamos dejado pendiente la visita al malecón de la ciudad, un agradable paseo junto a la zona marítima al que la gente acude a disfrutar del entorno y volar decenas de cometas.


Tras este paseo tomamos rumbo al aeropuerto en un taxi que nos vino a recoger (el mismo servicio de Booking que contratamos a nuestra llegada), para emprender el regreso a Madrid tras 10 increíbles días en un maravilloso país lleno de ritmo y color.

¡Hasta pronto República Dominicana!


Por aquí os dejamos algunas excursiones que podéis contratar por si resulta de ayuda e interés, y por si preferís llevarlo todo cerrado y no tener que andar buscando:

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