A alrededor de 30 km de las costas de Tanzania podrás encontrarte con un auténtico paraíso que espera a los viajeros para hacerles disfrutar de unos paisajes únicos de arena blanca de coral y aguas turquesas.
Zanzíbar es una isla que suele visitarse tras haber realizado un safari por Tanzania y Kenia, y que ofrece al viajero un entorno en el que finalizar de la mejor manera posible este espectacular viaje.
Como decía, en Zanzíbar podrás relajarte en sus maravillosas playas de arena blanca y fina y bañarte en unas templadas aguas de unos colores turquesas tan intensos que parezcan modificados por photoshop. Pero no es así, son los colores reales de sus aguas, que te invitan a sumergirte en ellas.
En nuestro viaje organizado nos hospedamos en la zona sur de la isla y pudimos disfrutar de interesantes actividades como nadar con delfines en libertad, hacer snorkel, recorrer los manglares en barca, visitar las granjas de algas y comer en un restaurante muy curioso, The Rock, que se sitúa en una pequeña isla (de hecho accedimos a él andando y tuvimos que volver en barca porque había subido la marea).
Otra de las actividades que más disfrutamos fue un recorrido en barca hasta un islote en el que nos prepararon una deliciosa mariscada de productos de la zona que degustamos en un camping improvisado en la playa. Simplemente espectacular.
También visitamos la capital, Stone Town, con sus mercados de productos frescos y la historia de sus calles, unas calles que vieron nacer al gran Freddie Mercury.
Pero todo lo bueno tiene un final y, tras el safari y estos días en Zanzíbar, tocaba regresar a casa… aún así, ¡no podría haber imaginado un final mejor!