Cuando mencionamos la palabra Safari se nos vienen a la mente las grandes llanuras de la sabana repletas de animales en libertad, un espectáculo único de la naturaleza que solo puede verse en algunos países como Kenia y Tanzania, que acogen a dos de las reservas naturales más importantes del planeta: el Masai Mara y el Serengeti.
Desde nuestro punto de vista, un safari es una de las experiencias más auténticas que puedes vivir, algo que todo viajero debería hacer al menos una vez en la vida. En nuestro caso, elegimos este plan como destino de nuestra luna de miel, pues queríamos un viaje inolvidable y, a día de hoy, creo que fue todo un acierto.
¿Cuándo hacer un safari por Kenia y Tanzania?
La mejor época para visitar estos países es entre los meses de julio/agosto a noviembre al coincidir con la temporada de las migraciones de los animales en busca de pastos frescos, todo un espectáculo en vivo y en directo que no te debes perder.
Se trata de unos meses en los que el clima es agradable, aunque debes ir provisto de varias capas de ropa cómoda que puedas ir quitándote y poniéndote a lo largo del día, pues a primera hora de la mañana suele hacer fresco, mientras que a medio día bastante calor, por lo que no debes olvidarte de llevar protección solar, un gorro o sombrero para protegerte de los rayos del sol y un buen repelente de mosquitos.
Hoy en día existen un montón de agencias con las que podrás realizar este viaje soñado por muchos. En nuestro caso, tras comparar varias, nos decidimos por el itinerario llamado Memorias de África Clásico de la empresa Kananga, aunque como ya comentaba, hay múltiples opciones entre las que elegir según gustos, preferencias y presupuesto. Aunque las agencias suelen informar de ello, resulta fundamental viajar a modo mochilero, evitando las maletas rígidas, pues el equipaje suele guardarse bajo los asientos del camión en el que se viaja y el espacio no está pensado para grandes maletas.
Itinerario del Safari
Nuestro viaje comenzó desde el aeropuerto de Nairobi, desde donde nos desplazamos hasta el Área Natural del Lago Naivasha, en la que disfrutamos de una jornada en barca desde la que pudimos avistar una rica y variada fauna de aves -pelícanos, flamencos, etc- así como un montón de hipopótamos en primer plano que impresionaban bastante.
Las siguientes jornadas las pasamos recorriendo la impresionante reserva del Masai Mara (Kenia) en 4×4, un entorno en el que comenzamos a avistar a algunos de los animales más representativos de la sabana: leones, cebras, elefantes, jirafas, hienas, facoceros, rinocerontes o búfalos, entre otros, comenzaron a dejarse ver. Es importante en este punto seguir las recomendaciones de los guías: mantenerse en silencio, no molestar a los animales y, lo más importante, nunca jamás bajarse del vehículo.
En Masai Mara vivimos además dos de las mejores experiencias del viaje: una visita a un poblado masai, en el que sus habitantes nos enseñaron sus viviendas, tradiciones y cánticos, y un paseo en globo aerostático desde el que seguimos el curso del río Mara y pudimos ver a los animales desde una perspectiva única.
Os comparto algunas de las mejores instantáneas que pude tomar:
Desde el Masai Mara nos dirigimos hacia el Lago Victoria, el segundo lago más grande del mundo, para pasar dos días en la isla Mfangano. Allí disfrutamos de unos días de descanso, pues aunque no lo pueda parecer las jornadas de safari son agotadoras. Si, lo oyes bien, prepárate para varios días de madrugones -en torno a las 5.00 de la mañana- de largas horas sentado en un coche y de noches durmiendo en tiendas de campaña con el sonido de los animales muy de cerca. Eso sí, los amaneceres y animales que podrás contemplar, no tienen precio.
En la isla Mfangano visitamos algunas poblaciones locales y nos relajamos disfrutando del paisaje. También visitamos un colegio de la zona y compartimos buenos momentos con los niños del lugar, jugando y cantando.
Tras estas jornadas de descanso, nos dirigimos hacia la otra gran reserva nacional: el Serengeti, en Tanzania.
Aunque el Serengeti es espectacular, tengo que decir que le cogimos un poco más de cariño al Masai Mara, pues en el Serengeti divisamos a los animales más de lejos, mientras que en Masai Mara pudimos acercarnos un poco más a ellos.
De todos modos, el Serengeti es un paraje impresionante en el que pudimos volver a disfrutar de algunas estampas increíbles de animales en libertad. A continuación os dejo una muestra.
Las últimas jornadas del safari las pasamos recorriendo el área de conservación del Ngorongoro, un antiguo cráter de un volcán hoy Patrimonio de la Humanidad y en el que es posible contemplar una rica fauna. Porque aunque hayas visto muchos animales en los últimos días, nunca dejan de sorprenderte.
Para finalizar nuestro viaje pasamos unos días de descanso en la paradisíaca isla de Zanzíbar, que os muestro en otro post.
Llegados a este punto, si estais pensando en hacer un safari realmente os lo recomiendo, pues cuando veáis documentales en la tele -si, todos vemos los documentales de la 2, reconocedlo-, siempre podréis presumir de haber visto a los Big Five (león, el leopardo, el rinoceronte negro, el elefante y el búfalo) y otros múltiples animales en vivo y en directo.