A diferencia de Lima y Arequipa, ciudades no pensadas para el viandante por el caos de su tráfico, Cusco es una ciudad que se puede pasear y disfrutar, en especial su impresionante plaza de armas.
Para conocer la ciudad recomiendo hacer un free tour. En nuestro caso elegimos una empresa llamada Inkan Milky Way Tours Cusco que nos encantó por la amabilidad y atención de sus guías, además de por el interesante recorrido y las explicaciones, que además de los sitios más importantes de la ciudad incluyen el Mercado San Pedro, el Templo de Coricancha o el Palacio de Pachaquteq, así como la tienda de un familiar de Richard, dueño de la empresa, en la que te explican cómo diferenciar las prendas de auténtica lana de llama de las no originales, y en la que puedes comprar alguna prenda si quieres, sin ningún tipo de compromiso, algo que también nos gustó porque no te presionaban.
Tras comer en el mercado de San Pedro unos platos abundantes, deliciosos y muy económicos (por unos 2 euros tomé un enorme plato de arroz con plátano frito, verduras y carne), por la tarde hicimos el City Tour, un recorrido que se realiza en autobús y en el que se pueden visitar varios emplazamientos con ruinas situados en los alrededores de la ciudad. Las visitas realizadas fueron El Qoricancha, Sacsayhuaman – que a mí personalmente me impresionó bastante-, Qenqo, Tambomachay y Puka pukara.
