Durante esta jornada visitamos Moray, unas terrazas en forma de cráter circular compuestas por varios anillos concéntricos que se utilizaban como centro de investigación agrícola en el que se realizaban experimentos a diferentes alturas, de ahí las diferentes terrazas, pues cada altura tenía un microclima diferente para los cultivos.
La otra parte de la visita la constituyó Maras, unas salinas situadas en un impresionante emplazamiento en la ladera de una montaña en la que, una tras otra y a diferentes alturas, se encuentran hasta 3000 pozos de sal. En Maras es posible caminar entre los diferentes pozos y observar el proceso del agua con este condimento, así como comprar bolsitas de esta deliciosa sal -te recomiendo que compres al menos una bolsita, da un sabor exquisito a las comidas, de hecho, cuando se nos terminó me dio mucha pena-.
Esta excursión también incluía una visita a un pueblo cercano llamado Chinchero en el que se realiza una actividad pensada exclusivamente para el turismo: una demostración de cómo se tintan los tejidos de los diferentes colores, por ejemplo, utilizando los insectos conocidos como cochinilla para obtener el rojo.