Ciudad romana de Ercávica, un yacimiento arqueológico desconocido en Cuenca

Situado en las proximidades al municipio de Cañaveruelas, en la provincia de Cuenca, el yacimiento arqueológico de Ercávica es un gran desconocido para el público pero un lugar que merece la pena visitar para conocer de cerca cómo eran las antiguas ciudades hispánico-romanas de la península ibérica.

Ercávica es un emplazamiento levantado muy cerca del actual embalse de Buendía y el río Guadiela que, gracias a los vestigios descubiertos en ella, constituye uno de los mejores ejemplos del proceso de romanización de la España de la época del Imperio Romano.

Fundada durante el siglo I a.C., la ciudad pasó a formar parte del imperio tras la conquista de Tiberio Sempronio Graco, y su estratégica ubicación en la conocida como ‘Ruta de los Cristales‘ (una ruta a través de la que se exportaba el Lapis Specularis o yeso selenítico, que se utilizaba para realizar vidrieras y era muy abundante en las minas próximas al yacimiento), terminó por concederle la denominación de ‘municipio romano’, un nombramiento que, entre otras opciones, le permitía a Ercávica emitir su propia moneda.

La importancia de Ercávica puede conocerse al explorar las distintas áreas que la componen. Nada más llegar pueden observarse los restos de su muralla y las cisternas con las que se abastecía a la ciudad, así como la grandeza del trazado octogonal de sus calles y la presencia de importantes edificios y construcciones. Dos ejemplos de ello son el foro con su basílica, en la que se impartía la jurisdicción de la época (sí, la basílica en el imperio romano era como el juzgado actual, no un lugar religioso como podríamos pensar), o una espectacular Domus de dos plantas y aterrazada (la casa más espectacular de la ciudad, que incluía un gran y luminoso pórtico, restos de pinturas murales y la Casa del Médico, descubierta gracias al material relacionado con la medicina encontrado en sus estancias).

A lo largo del recorrido por la ciudad es posible conocer también la forma de construir de la época, a base de cal y canto, una mezcla de piedras y argamasa que aportaba gran resistencia a los muros y paredes de las casas, algunas de las cuales podían llegar a tener cuatro plantas, en las que se distribuían las familias o ciudadanos según su importancia: en el caso de una familia, la planta baja era para los miembros más mayores, y así según se subía, y en el caso de ciudadanos de diferentes familias, la planta baja era para los de mayor nivel económico y así según se subía. ¿El motivo?, la planta baja permitía huir más rápidamente en caso de incendio.

Durante la visita a Ercávica puede verse el esplendor de la ciudad, repleta de columnas de las que hoy en día puede verse el plinio (la parte baja de la columna, que normalmente quedaba sepultada bajo tierra), imponentes pozos de hasta 8 metros de profundidad y grandes calles por las que transitaban los ciudadanos y los carros tirados por animales (en algunas de las casas puede conocerse hasta la ubicación de las cuadras gracias a las marcas de enormes bisagras que soportaban portales para protegerles).

Y todo ello situado en un entorno espectacular, con vistas privilegiadas al actual embalse de Buendía, en el que en aquella época se situaba el Balneario de la Isabela, al que acudían los ciudadanos con mayores recursos.

A pesar de la espectacularidad de este yacimiento arqueológico, durante la visita guiada que realizamos la guía que nos acompañó (Selene, una arqueóloga muy agradable, cuya pasión por su trabajo hace de la visita un rato muy agradable y divertido), nos comentó que en la actualidad tan solo se encuentra excavado alrededor de un 9% del entorno, por lo que, de continuar la investigación y excavaciones, su grandeza podría ser mucho mayor.

La visita a Ercávica es gratuita y dura aproximadamente dos horas. Puede reservarse a través de esta página y es totalmente recomendable si buscas un plan diferente al aire libre con el que disfrutar de una lección de historia.

Y si quieres completar tu visita en la provincia de Cuenca te recomendamos un plan muy original, una sencilla ruta de senderismo de aproximadamente 1,5 kilómetros y de sencillo recorrido, la Ruta de las Caras, un original sendero en el que descubrir una veintena de caras esculpidas en la roca.

Puede que también te guste...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *