La capital de Polonia es un destino ideal si dispones de poco tiempo y te apetece hacer una escapadita, pues se trata de una ciudad no demasiado grande que podrás conocer a fondo en un fin de semana, aunque si tienes más tiempo, mucho mejor, pues es amor a primera vista tanto por su belleza como por su historia.
Retrocedamos un poco y situémonos en la II Guerra Mundial. Como sabéis, el ejército alemán invadió una gran parte del país, siendo Varsovia una de las ciudades más afectadas por el conflicto, pues los enfrentamientos destrozaron completamente la ciudad, no habiendo quedado ni un solo edificio intacto. Una vez finalizada la contienda, los polacos se pusieron manos a la obra para hacer resurgir la ciudad.
¿Cómo lo hicieron? Buena pregunta, pues gracias, en gran parte, a un pintor italiano, sobrino del famoso Canaletto, llamado Bernardo Belloto, quien para conseguir trabajo por Europa firmaba con el nombre de su aclamado tío. Gracias a ello fue contratado en múltiples lugares de Europa, entre ellos Varsovia, en la que se le encargaron varios cuadros de la ciudad. Quien le iba a decir que, siglos después, sus obras servirían como base para la fiel reconstrucción de la ciudad, un resurgir tan bueno que el casco histórico de Varsovia es, hoy en día, Patrimonio de la Unesco.
Y es que cuando caminas por las calles del centro de la ciudad la sensación es la de recorrer las calles de una ciudad medieval intacta, con sus bonitos edificios de colores y calles adoquinadas, que te envolverán con su belleza desde el primer momento.
Si viajas a Varsovia a continuación te indicamos una serie de recomendaciones que no debes perderte.
1 – Free Tour
La mejor manera de conocer la ciudad es mediante un free tour en el que un guía experto te cuente todo sobre la ciudad, incluso dándote a conocer algunos detalles que seguro que para ti pasarían desapercibidos. Nosotros lo hicimos con la empresa GuruWalk (a través de la página web de Civitatis) con un guía nativo de Varsovia pero que había estado estudiando y viviendo en España unos años, por lo que hablaba español muy bien.
La visita comenzó desde el Monumento a Copérnico, una bonita plaza junto a la que podrás encontrarte con un cuadrado de vidrio con una pintura de Bernardo Belloto (hay múltiples repartidas por la ciudad) que muestra la Calle Real, que comienza en ese punto y por la que continuó el tour. A lo largo de esta calle, una de las arterias principales de la ciudad, nos encontramos con palacios, universidades (donde estudió, por ejemplo, la premio Nobel Marie Curie), iglesias y curiosidades como bancos para sentarse en los que, pulsando un botón, suena la música de Chopin, artista clásico por excelencia varsoviano.
Al llegar al final de esta calle te encontrarás con la Plaza del Castillo, nombre que recibe del castillo que se encuentra en ella y que puede visitarse por un precio de 7 euros para contemplar, entre otras, obras de Bernardo Belloto y Rembrandt. En esta plaza se encuentra también una alta columna con una estatua de Segismundo III, rey que convirtió a Varsovia en capital del país.
2 – Catedral de Varsovia
Reducida en un 90% a escombros durante la Guerra, la catedral es la iglesia más antigua de la ciudad y también la más querida. En ella se encuentran los sepulcros de varios reyes y duques y se han oficiado importantes actos relacionados con la corona polaca.
3 – Monumento de la sirenita
Aunque Copenhague es la ciudad con la que se relaciona más frecuentemente al ser mítico de la sirena, en Varsovia esta figura tiene una gran importancia por la historia que la envuelve. Y es que, según la leyenda, una sirena viajó desde el mar Báltico por el río Vístula hasta llegar a Varsovia, ciudad que la encandiló. A pesar de que los pescadores de la ciudad estaban hartos de que les espantase a los peces, finalmente consiguió ganárselos con su bonito canto.
Un día un comerciante la capturó con el fin de amasar fortuna llevándosela por diferentes mercados y la sirena, al verse enjaulada, se puso muy triste y dejó de cantar. Var, un ciudadano varsoviano, sintió lástima de ella y, una noche, decidió liberarla. La sirena, en agradecimiento, prometió convertirse en la protectora de la ciudad.
De esta bonita historia surge el nombre de la ciudad, Var por el ciudadano y Sovia por la palabra sirena en polaco, Saw. Es decir, Varsaw o Varsovia. ¿Curioso eh?
4 – Barbacana
Además de algunos restos de muralla que pueden verse junto a la Plaza del Castillo, es interesante pasear por la Barbacana del barrio antiguo, una construcción que sirvió como una de las puertas principales de protección de la ciudad. Como la mayor parte de las construcciones de Varsovia, fue reconstruida en la década de los años 50 de los deterioros sufridos por la guerra.
En sus inmediaciones se encuentra una dura estatua que representa a un niño soldado, en homenaje a esos niños que perdieron su inocencia al ser obligados a luchar en la guerra. Junto a este monumento suelen colocarse en determinadas épocas del año algunos juguetes para simbolizar esa inocencia perdida y reivindicar que los niños nunca deben perder su infancia.
5 – Monumento al alzamiento
En el año 1944 los ciudadanos varsovianos decidieron iniciar un alzamiento contra el ejército alemán. Es la conocida como Operación Tempestad, en la que miles de civiles de la ciudad con pocos recursos intentaron frenar a los nazis. Pero debido a la falta de recursos, en contraposición a los alemanes, lógicamente no les permitió conseguir su objetivo, sino todo lo contrario: se produjeron miles de muertes y la ciudad quedó totalmente arrasada.
En este monumento se refleja la lucha de los civiles por una parte, y por otra la huida de la población a través de las alcantarillas. Además, en una de las paredes de la plaza pueden verse unas grandes letras P y W, que simbolizan la frase Polonia lucha (Polska Walka).
6 – Concierto de Chopin
Una actividad diferente con la que pasar un buen rato es acudir a uno de los múltiples conciertos de piano de música de Chopin que se celebran por toda la ciudad. Nosotros escuchamos al pianista polaco boliviano Mauricio Silva en un local situado en una de las calles laterales de la catedral. El precio fue de 12 euros por persona y la duración aproximada de una hora, con posibilidad de fotografiarse con el artista.
7 – Parque Łazienki
Se trata de un amplio pulmón verde en la ciudad -aunque nosotros lo vimos completamente blanco por la nieve- que alberga un gran lago, congelado cuando lo vimos, una gran estatua de Chopin y varios palacios, entre ellos el bello Palacio de la isla. Un lugar muy recomendable para pasear tranquilamente.
8- Mirador de la Iglesia de Santa Ana
Por un precio aproximado de 2 euros es posible subir a lo alto de esta iglesia para contemplar una bonita vista 360º de la ciudad, con la Plaza del Castillo como principal elemento desde el que tomar una bonita estampa para el recuerdo.
9 – Barrio de Praga
Calificado por muchos como un barrio bohemio y con mucho ambiente que no debes perderte, en nuestro caso fue bastante decepcionante. Y es que quizás la época navideña provocó que el ambiente se trasladase a la ciudad antigua, pues durante nuestra visita el barrio estaba bastante muerto.
Se trata de un barrio que no fue destruido durante la guerra y cuenta con la arquitectura original, en el que lo lo más interesante es la espectacular Catedral de San Miguel Arcángel, bastante más bonita que la catedral de la ciudad antigua.
En cuanto a ambiente, quizás en otra época del año tengáis más suerte.
10 – Barrio judío
El barrio judío de Varsovia se encuentra hoy en día inmerso en los grandes rascacielos construidos en las últimas décadas en la ciudad. En él se encuentra una sinagoga y un trozo de muro que separaba el gueto, aunque al encontrarse dentro de una urbanización privada no es posible verlo de cerca a no ser que alguien te deje entrar.
11 – Centro de interpretación del Patrimonio Histórico
Un interesante museo en el que conocer la historia de la destrucción de la ciudad, ampliamente ilustrada con montones de fotografías a través de las que es posible hacerse una idea del catastrófico estado en el que quedó la ciudad tras el conflicto bélico.
El día que lo visitamos la entrada fue gratuita (era un sábado), aunque el precio no es elevado, aproximadamente 4,5 euros (20 esloti).
12 – Museo del alzamiento
Una de las joyas de la corona de la capital polaca es este fantástico museo -no exagero al decir que es uno de los que más me han gustado de todos los que he visto- en el que, por un precio aproximado de 5 euros, puedes disfrutar de un espacio muy interactivo y que te sitúa desde el primer momento en los años de la guerra.
Y es que los sonidos de fondo, las ilustraciones y vídeos (algunos bastante duros), y la cantidad de elementos interactivos y multimedia que lo conforman te permiten conocer los horrores de la guerra muy de cerca y de un modo muy interesante y diferente a cualquier otro museo que hayas visitado. Sin duda, uno de los lugares que no debes perderte si viajas a Varsovia.
Navidad en Varsovia
Sin duda, Varsovia es una ciudad que te sorprenderá por su gran encanto, especialmente si viajas en Navidad, tal y como hicimos nosotros, pues la decoración navideña siempre supone un plus en la belleza de las ciudades. Buena muestra de ello os dejo a continuación, animándoos a conocer la capital polaca.
Diversos mercadillos navideños en los que degustar gastronomía típica, dulces o el particular vino caliente que tan bien sienta cuando hace frío o montones de artículos de regalo que adquirir te acogen con los brazos abiertos.
Especialmente bonito es el mercadillo de la plaza del mercado, con un gran árbol, pista de hielo y varios puestos de comida, situados en una histórica plaza en cuyas edificios vivían los comerciantes de la ciudad, tal y como podrás adivinar por los dibujos de las fachadas, que muestran las actividades y oficios de algunos de ellos (peleteros, fabricantes de instrumentos musicales, peluqueros, etc).