Una vez que llega el otoño ciertos rincones van convirtiéndose poco a poco en lugares de una belleza mágica gracias al cambio de color de la vegetación, que da lugar a estampas únicas. Uno de esos enclaves es el Castañar de El Tiemblo, situado en el Valle de Iruelas, provincia de Ávila, un plan ideal para disfrutar de la estación otoñal.
Situado a aproximadamente 90 km de Madrid (dependiendo del punto de partida, el nuestro es Móstoles, a 80 km), para llegar es necesario acceder a la conocida como carretera de los pantanos, la M-501, hasta la localidad de San Martín de Valdeiglesias. Llegados allí, se continúa en dirección Ávila por la N-403 que lleva directa al pueblo de El Tiemblo. En este pueblo, en la segunda rotonda, encontrarás las indicaciones para llegar al Área Recreativa de El Castañar.
Para acceder a este rincón es necesario pagar una tasa del Ayuntamiento de 6€ por vehículo a la que se suman 2 euros por persona (mayores de 12 años, menores no pagan). Se continúa por el tramo asfaltado un rato, y por otro trozo sin asfaltar a continuación hasta llegar a los dos aparcamientos, uno de 18 y otro de 22 plazas. Como veis, no hay demasiado aparcamiento, así que es recomendable madrugar para asegurarse una plaza.
La ruta por el castañar comienza junto al parking, nada más cruzar un pequeño puente. Al lado del panel informativo comienza el camino, una ruta corta y sencilla de 4 km en sentido circular, ideal para realizar con niños, que disfrutarán jugando con las hojas. Caminando por ese sendero te adentrarás en un lugar de un colorido espectacular, con hojas e tonos amarillos, rojizos y marrones que te harán disfrutar del otoño como nunca. Durante la ruta descubrirás emplazamientos como el refugio de Majalavilla (un refugio al que se puede entrar y que cuenta con chimenea, bancos y murales en las paredes interiores) y la auténtica joya del lugar, de la que os hablaré a continuación.
La joya que os comentaba es conocido como El abuelo y se trata de un castaño de más de 500 años de antigüedad y cerca de 20 metros de diámetro separado de la senda por una valla de madera para protegerle, pues está prohibido acercarse para evitar alisar el terreno y dificultar su oxigenación, acortándole la vida.
Este peculiar castaño tiene un tronco abierto a raíz de un incendio (no se sabe si intencionado o accidental) que fue abriéndolo hasta alcanzar la forma actual. Sin embargo, el viejo árbol se aferró a la vida y de su tronco principal han brotado una serie de hijos que le hacen espectacular. Sin duda, se trata de un árbol muy especial y muy querido y apreciado por los lugareños.
La senda continúa por el sendero de la Garganta de la Yedra. Cuando te encuentres un arroyo, lo dejas a un lado para continuar de frente hasta la conocida como Praderas de Garrido, que cuenta con vistas espectaculares del entorno. Continuamos el camino hasta encontrarnos con un sendero con pendiente y repleto de rocas (cuidado al pisar, pues las hojas tapan las piedras) que nos lleva a una bifurcación desde la que, por el camino de la derecha, llegaremos nuevamente al inicio de la ruta.
Ruta Alto del Mirlo y Pozo de las Nieves
Desde el sendero mencionado anteriormente de la Garganta de la Yedra es posible realizar otra bonita ruta por el entorno del Valle de Iruelas. En este caso, cruzamos el arroyo que antes indicaba no cruzar (para hacer la senda completa del castañar) y continuamos la senda hasta alcanzar el Área Recreativa de Las Barrancas, en la que podrás hacer un descanso y reponer fuerzas en su merendero.
Desde ese lugar iniciaremos la subida hacia el Refugio del Pozo de la Nieve, un sendero un poco más duro que lo que nos encontramos hasta el momento porque tiene algo de desnive. Continuaremos la ruta, en la que nos encontramos con interesantes ejemplares de robles y, un poco más adelante, desviándose por la pista forestal nos encontramos con una pradera en la que se encuentra el refugio, que alberga en su interior el Pozo de la Nieve, que como su propio nombre indica se utilizaba para almacenar nieve y hacer hielo.
Volviendo al camino seguiremos la senda y, tras aproximadamente kilómetro y medio, llegaremos al Alto del Mirlo, en el que se puede disfrutar de unas bonitas vistas. Continuamos la senda circular cogiendo el cortafuegos que sale hacia el oeste hasta llegar al camino, por el que descenderemos durante más o menos 3 km. A medida que avanzamos, el robledal va dejando paso a los castaños, señal de que nos estamos adentrando en el Castañar de El Tiemblo nuevamente, que nos llevará hacia el aparcamiento desde el que comenzamos la ruta.
Si finalizada la ruta te has quedado con ganas de más, en esta zona podrás conocer otros lugares de interés.
