Kom Ombo, el templo dedicado al dios cocodrilo

El templo de Kom Ombo se levantó en honor a Sobek, un dios con cuerpo humano y cabeza de cocodrilo. Sin embargo, dado que los egipcios no veían con buenos ojos dedicar un templo a un “dios del mal”, añadieron un segundo dios para el culto en esta construcción: Horoeris (Horus el viejo).

Entre lo más llamativo de este templo se encuentra su bella arquitectura completamente simétrica que alberga dos entradas, dos salas hipóstilas y dos santuarios, uno para cada uno de los dioses mencionados anteriormente.

Terminado de construir en plena época de dominio romano, el templo muestra en elementos como sus majestuosas columnas el estilo típico grecorromano, y en su interior resulta muy interesante fijarse en los grabados sobre medicina e instrumentos médicos de la época.

Nada más salir del templo, bajando por una rampa de piedra, es posible encontrar el Museo del Cocodrilo que, además de acoger las momias en perfecto estado de conservación de varios ejemplares de cocodrilo, muestran restos arqueológicos relacionados con el culto que los egipcios rendían a este animal.