Muiños do Folón e do Picón, Bien de Interés Cultural en el Bajo Miño

A unos 8 km de distancia de A Guarda, concello famoso por el popular castro celta de Santa Tecla (Santa Trega en gallego) se encuentra una ruta de senderismo que no dejará indiferente al visitante: un sendero circular de aproximadamente 3,5 kilómetros en el que es posible contemplar de cerca un único e interesante conjunto de más de 60 molinos construidos en piedra y que cuentan con el reconocimiento de Bien de Interés Cultural por la Xunta de Galicia.

Punto de partida de la ruta

Llegar a la ruta dos muiños de Folón e Picón, en el concello de O Rosal, es realmente sencillo, pues basta con buscarlo en Google Maps, que te indicará el punto de partida exacto. A este se llega por la carretera PO-353 y seguir las indicaciones, pues está bien señalizada. En nuestro caso la hicimos por nuestra cuenta, aunque en ocasiones el concello organiza visitas guiadas en las que es posible ver el funcionamiento de uno de los molinos (la información la publican en la web oficial del ayuntamiento).

El sendero no es duro, sino más bien de una dificultad media, aunque si no te gustan las escaleras hay partes que pueden resultarte más pesadas. Eso si, el resultado merece la pena, pues pasarás al lado de un total de 67 Molinos en buen estado de conservación y te puedo decir, por experiencia, que la bonita estampa se quedará grabará en tu retina.

Y no solo la vista de los molinos te cautivará, sino también las cascadas formadas por el río, así como las vistas, desde el punto más alto llamado Chan de Cereixeira, al bajo Miño y al monte de Santa Tecla. Por no hablar de la paz que transmite este espectacular enclave gallego. Además, cuenta con zona de merendero con mesas de madera en las que poder tomarte un descanso y relajarte en el idílico y verde paisaje.

Hablemos ahora de la historia de los molinos de Folón y Picón. Como dato de interés, estos molinos fueron construidos entre los siglos XVII y XVIII con el objetivo de aprovechar la caída del agua del río Folón, uno de los afluentes del Miño, que con su fuerza ponía en funcionamiento las grandes ruedas de piedra que giraban para producir harina de maíz, de centeno o de trigo para el consumo de los habitantes del lugar y también de su ganado.

Sin embargo, con el paso de los años, los molinos empezaron a dejar de utilizarse, cayendo en el olvido y la ruina, hasta que en la década de los años 90 del siglo XX estas joyas arquitectónicas fueron redescubiertas y restauradas para lucir esplendorosas y representar al rico patrimonio gallego.

Sin duda, esta ruta dejará sin palabras a todo el visitante que se anime a descubrir la riqueza de la zona sur de la provincia de Pontevedra en la que, además de este fantástico sendero, puede ser una buena idea combinarlo con una visita al Castro de Santa Tecla antes mencionado, así como acercarse al país vecino, Portugal, tal y como hicimos nosotros, para contemplar una maravillosa vista del río Miño desde dos puntos: el Miradouro do Cervo en Vilanova de Cerveira y el Miradouro do Espirito Santo o Porta do Ceo.

¿Conocíais esta ruta? Si es así, contadnos vuestra experiencia en comentarios y si no, os animamos a descubrirla.

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