La riqueza paisajística de Portugal queda reflejada en multitud de enclaves de interés para todo viajero apasionado por la naturaleza y tradición portuguesa. De norte a sur, el país cuenta con espectaculares lugares como la costa del Algarve, su capital, Lisboa, Sintra, una de sus regiones con más encanto o la bella ciudad de Oporto.
Pero además de estos famosos lugares, Portugal esconde auténticas joyas que merece la pena conocer. Hoy os hablamos de una de ellas. Para ello nos acercamos a la localidad de Vilanova de Cerveira, situada en la zona norte del país, en la que, en lo alto de una colina de 300 metros sobre el nivel del mar, se sitúa uno de los miradores que más popularidad ha adquirido en los últimos tiempos gracias a las redes sociales. Se trata del Miradouro do Cervo, un punto coronado por una enorme escultura de hierro en forma de ciervo creada por el artista José Rodrigues para simbolizar la abundancia de este animal en la región.
Desde ese lugar es posible disfrutar de una hermosa y grandiosa vista del inicio de la desembocadura del río Miño, que separa España y Portugal, así como las tierras del concello de Tomiño, en Galicia, y el conocido como Ponte da Amizade (Puente de la Amistad), que une Galicia y Portugal. Además, en este lugar se encuentra un gran columpio de dos plazas que ha hecho muy famoso al lugar a raíz de las redes sociales. En él podrás hacerte una bonita foto, eso sí, lo más probable es que tengas que esperar una cola de personas delante de ti. Y es que aunque las redes sociales nos descubren sitios espectaculares, también hace que aumenten las visitas a ellos, así que ármate de paciencia para obtener tu foto.
Si bien el Miradouro do Cervo estaba repleto de gente cuando fuimos a conocerlo, muy cerca de este se encuentra otro con vistas igual de espectaculares y con mucha menor afluencia (al menos el día que fuimos nosotros, y eso que era un sábado en Semana Santa): el Miradouro do Espirito Santo o Porta do Ceo. Se trata de un mirador con las mismas vistas pero desde una altura un poco más baja, aproximadamente unos 225 metros de altitud, en el que se encuentra lo que queda de la estructura de la Capela do Espirito Santo, que se cree datan del siglo XVIII, aunque se dice que esta capilla nunca fue terminada.
Si te animas a conocer estos miradores y te apetece también disfrutar de la gastronomía portuguesa, una de nuestras recomendaciones es el restaurante O Escondidinho, muy cercano a estos miradores, y en el que pudimos disfrutar de deliciosas especialidades en bacalao. También muy cerca, pero ya en Galicia, se encuentra una ruta de la que también hemos hablado, la ruta dos Muiños do Folón e Picón, por si te animas a conocerla.
¿Habéis visitado estos miradores o conocéis algún otro de interés? Compartidlo en comentarios, porque ¡compartir es vivir!
