A alrededor de 18 km de El Cairo se encuentra el símbolo principal de la cultura egipcia: las pirámides de Giza.
Estas impresionantes construcciones se levantaron como un complejo funerario que acoge las tumbas de los faraones Keops, Kefrén y Micerinos, además de tumbas de menor tamaño pertenecientes a las reinas. De ellas, la pirámide de Keops, la de mayor tamaño (140 metros de altura) es hoy en día una de las construcciones más antiguas del mundo con sus más de 4000 años, y la única maravilla del mundo antiguo que sigue en pie.
Con un metro menos de altura podemos encontrarnos con la pirámide de Kefrén, una impresionante pirámide cuyo detalle más especial radica en su parte superior, pues conserva una pequeña parte del revestimiento de piedra caliza que cubría a todas las pirámides cuando se construyeron.
La tercera de las grandes pirámides, la de Micerinos, de 66 metros de altura, aunque más pequeña no deja de sorprender y forma un skyline de ensueño para el viajero.
Durante nuestra visita a las pirámides más famosas de Egipto –hay en todo el país más de 120- tuvimos la oportunidad de dar un paseo a su alrededor contemplando su majestuosidad para, posteriormente, entrar al interior de la pirámide de Keops. ¿Qué hay en el interior de las pirámides? He de decir que, aunque su objetivo era albergar el cuerpo momificado de los faraones y sus tesoros más preciados, en la actualidad no podremos encontrarnos con nada de eso, pero aun así la entrada es obligada por el significado que de estos edificios y por las sensaciones que despierta tener ante ti el lugar que ocupó el sarcófago de un faraón del antiguo Egipto. Eso sí, hay que tener en cuenta que se accede a través de unos túneles en los que deberás caminar agachado, puede que no aptos para claustrofóbicos (en mi opinión no es para tanto, pero algunas personas lo intentaron y finalmente no lograron entrar).
Tras la visita pudimos llegar, a través de una ruta en camello, hasta una explanada en la que observar una espectacular vista panorámica de las pirámides, para finalmente terminar la visita en la gran Esfinge de Giza, una monumental figura con cabeza humana y cuerpo de león de más de 20 metros de altura y 70 de longitud. Por su ubicación se considera que la cabeza esta impresionante obra podría representar a Kefrén y se habría construido para actuar como protectora de su tumba.