Abu Simbel, el majestuoso templo de Ramsés II y Nefertari

Templo de Ramsés II. Abu Simbel

A pesar de que nosotros no visitamos este templo –tendremos que volver a Egipto para conocerlo- no quería dejar de hablaros sobre él dado que se trata de una de las construcciones más fascinantes del país.

Mandado edificar durante el reinado del faraón Ramsés II, en honor al que se levantó, junto con los dioses Amón, Ra-Horajti y Ptah, es una visita obligada siempre y cuando estés dispuesto a madrugar, pues su ubicación a unas 3 horas y media de Asuán requiere un largo trayecto de autobús.

Como comentaba, nosotros no realizamos esta visita dado que viajamos con nuestra hija de 4 años y preferimos no tenerla en un autobús durante 6 horas (entre ida y vuelta), pero todos los viajeros de nuestro grupo que sí lo visitaron coincidieron en afirmar que mereció la pena ver este majestuoso templo al amanecer.

Y es que Abu Simbel es un templo muy singular debido a su construcción directamente en la roca que está presidida por cuatro gigantescas estatuas de 20 metros de altura que representan a Ramsés II y dan paso a un interior compuesto por grandes y pequeñas salas repletas de frescos en buen estado de conservación.

Un detalle curioso de este templo está relacionado con el sol. Y es que Abu Simbel está construido de tal forma que, en dos ocasiones del año (concretamente durante la jornada de los días 21 de octubre y 21 de febrero, 61 días antes y después del solsticio de invierno), el sol atraviesa el templo para iluminar a tres de las cuatro estatuas del santuario, las de Ramsés II, Amón y Ra-Horakhti. La única que no se ilumina es la del dios Ptah, relacionado con el inframundo.

Templo de Nefertari Abu Simbel
Templo de Nefertari Abu Simbel

Caminando un poco podemos encontrarnos  con otro fenómeno: el templo de Nefertari, esposa preferida del faraón Ramsés II y cuya imagen en ocasiones acompaña a la del faraón (tal y como ocurre en el templo de Lúxor). Esta construcción es de menor tamaño que el templo principal, pero ello no le resta una espectacular belleza gracias a sus seis figuras talladas en roca (cuatro de Ramsés II y dos de Nefertari) y un interior digno de visitar.

Al igual que ocurre con el templo de Philae, Abu Simbel no se encuentra en su emplazamiento habitual, sino a 65 metros más arriba. El motivo fue la construcción de la presa de Asuán que, de permanecer en la ubicación original, los habría sumergido. Por este motivo, gracias a un exhaustivo proyecto de ingeniería y al apoyo financiero de varios países (entre ellos España, que recibió como obsequio el templo de Debod expuesto en Madrid), Abu Simbel fue trasladado piedra a piedra para poder salvarlo del olvido bajo el agua.

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